lunes, 5 de septiembre de 2011

Abordaje de madres y padres adolescentes. Comité de Adolescencia de la SAP Filial La Plata.

Autores: Dra. Julia Iantosca; Dra. Vanesa Mariñas; Dr. Julio Pasqualotto; Lic. Lucía Alcoba.

Introducción
Como fenómeno en la vida del hombre, la adolescencia constituye un período crítico de cambios en todos los órdenes (biológico, psicológico y social), y esto genera un campo propicio para asumir conductas de riesgo.

El adolescente, a pesar de calificar su salud como muy buena, convive con importantes factores de riesgo, los cuales desconoce en gran medida; mantiene actitudes no saludables respecto a éstos y a la vez los convierte en conductas habituales.

La actividad sexual de los adolescentes va en aumento en todo el mundo, incrementando la incidencia de partos en mujeres menores de 20 años.

En nuestro país, de aproximadamente 700.000 nacimientos anuales registrados, 100.000 corresponden a menores de 20 años y 3.000 a menores de 15 años. En el mundo, alrededor de 14 millones de niñas y mujeres menores de 20 años dan a luz anualmente.

El embarazo en la adolescencia constituye un importante problema de salud, no tanto por la mortalidad que origina o por su incidencia sino por la magnitud de la morbilidad que les acompaña.

Antiguamente se consideraba que el embarazo en la adolescencia era patrimonio de sectores marginales (carentes de educación, de recursos económicos y culturales).

Actualmente adolescentes de estratos sociales más altos y con escolaridad completa también se embarazan, indicando que el embarazo adolescente está relacionado además con temas como sexualidad, rol de género, proyecto de vida, etc.

La maternidad y paternidad en la adolescencia está influenciada por factores biológicos, psicológicos, familiares y culturales:

• Aparición más temprana de la menarca, otorga madurez reproductiva a la adolescente cuando aún no maneja las situaciones de riesgo.
• Aumento del tiempo entre la iniciación de la pubertad y la independencia económica.
• Escaso uso de métodos anticonceptivos, debido a las características propias del adolescente y a las barreras de acceso a la anticoncepción.
• Sentimientos de omnipotencia y pensamientos mágicos, propios de esta etapa de la vida, que llevan a creer que no se embarazarán porque no lo desean.
• Fantasías de esterilidad. Comienzan sus relaciones sexuales sin cuidados y, como por casualidad no se embarazan, piensan que son estériles.
• Aceptación y/o antecedentes familiares de maternidad temprana.
• Disfunción familiar. La falta de protección de una familia continente genera carencias afectivas que la joven no sabe resolver, impulsándola a relaciones sexuales que tiene mucho más de sometimiento para recibir afecto, que vínculo de amor genuino.
• Inexistencia de un proyecto de vida.
• Baja autoestima, inseguridad, temor al rechazo, déficit en el control de las emociones.
• Cambios sociales con actitudes mas permisivas, lo que lleva a un incremento de la actividad sexual entre adolescentes, cuando aun no existe la madurez emocional necesaria para implementar una adecuada prevención.
• Migraciones recientes, con pérdida del vínculo familiar, por el traslado de las jóvenes a las ciudades en busca de trabajo o para continuar estudios superiores.
• Mayor erotización favorecida por los medios de comunicación. Aunque en nuestra cultura los ritos de iniciación no son prácticas comunes, desde los mensajes en los medios de comunicación y en la publicidad comercial se exalta la cultura del deseo, promoviendo el consumo de todo tipo de servicios y estimulando la adquisición de conductas de riesgo.
• Carencia de control de los impulsos sexuales por influencia del alcohol y otras drogas.
• Presión grupal para tener relaciones sexuales a veces en forma esporádica, como una forma de demostrar que uno es más hombre o más mujer.
• Acoso sexual o amenazas de abandono por parte del hombre; violación sexual.
• Asignaciones de género fundamentadas en un rol femenino de dependencia y servicio a los hombres.
• Falta de educación sexual, familiar o escolar sistematizada. En el hogar, frecuentemente, y más si se trata de hijas mujeres, los padres niegan la realidad e intentan imponer una norma o ley en lugar de ayudar al hijo a pensar sobre posibles opciones. En la escuela, la educación sexual tradicional proveniente del campo de la biología, en general no responde a los dilemas y necesidades en relación con la sexualidad que tienen los adolescentes.
Con la sanción de la ley 26150 del año 2006 que crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, y con la aprobación de los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral (ESI) surge una nueva forma de educación sexual que contempla los esquemas del pensamiento adolescente, particularmente la dificultad que tienen para tomar decisiones personales maduras, para aceptar las prohibiciones impuestas por los adultos, y para situar las decisiones sobre la sexualidad en la perspectiva de los valores y las relaciones humanas.

Frente a un embarazo, generalmente no planificado, la adolescente puede adoptar diferentes actitudes que dependerán de su historia personal, del contexto familiar y social pero mayormente de la etapa de la adolescencia en que se encuentre. Generalmente:
• En la adolescencia temprana (< 14 años), el impacto del embarazo se suma al del desarrollo puberal. Se preocupan más por sus necesidades personales y no piensan en el embarazo como un hecho que las transformará en madres. Se vuelven muy dependientes de su propia madre, sin lugar para una pareja aunque ella exista realmente. No identifican a su hijo como un ser independiente de ellas y no asumen su crianza, la que queda a cargo de los abuelos.
• En la adolescencia media (14 a 16 años), frecuentemente oscilan entre la euforia y la depresión. Se sienten posesivas del feto y lo utilizan como instrumento que le afirme su independencia de los padres. Adoptan actitudes de autocuidado hacia su salud y la de su hijo. Es muy importante para ellas la presencia de un compañero
Con buen apoyo familiar y del equipo de salud podrán desempeñar un rol maternal.
• En la adolescencia tardía (17 a 19 años), es frecuente que el embarazo sea el elemento que faltaba para consolidar su identidad y formalizar una pareja jugando, muchas de ellas, el papel de madre joven. La crianza del hijo por lo general no tiene muchos inconvenientes.

Las consecuencias del embarazo no planificado son abortos, matrimonios forzados, maternidad no deseada, adopciones, etc. Sea cual sea la opción escogida tendrá significativa trascendencia en su futuro, tanto a nivel socioeconómico como afectivo.

Las repercusiones de la maternidad-paternidad adolescente, a nivel individual pueden resumirse:

Para la madre:
Además de la exigencia de asumir un rol para el que todavía no está emocionalmente preparada debe afrontar una serie de dificultades como:
- No contar con un compañero para la crianza de su hijo, en aproximadamente la mitad de los casos.
- Hacerse cargo del sustento y de todo lo necesario para un adecuado crecimiento y desarrollo.
- Abandono del estudio.
- Pérdida del trabajo o no lograr empleos permanentes con beneficios sociales.
- Ser objeto de discriminación por su grupo de pertenencia.

Para el padre:
Si bien por el hecho de ser padre, no está expuesto al riesgo físico de enfermar o morir, puede sufrir las consecuencias psicosociales de su paternidad:
- Asumir un rol para el que no está aun preparado.
- Abandono del estudio para absorber la mantención de su familia.
- Trabajos mal remunerados.
- Prolongación de la dependencia.
En el caso de no asumir su paternidad pero teniendo conocimiento del embarazo, las consecuencias psicosociales de esta decisión también estarán presentes en su vida (depresión, sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, aislamiento, dificultades en el estudio o en el trabajo).

Para la pareja:
En la mayoría de los casos se unen a partir del embarazo y se caracterizan por ser parejas de menor duración y más inestables.

Para el niño:
La edad materna por sí misma no sería un factor de riesgo biológico, ya que al hacer mas accesible el control prenatal desde el comienzo del embarazo los resultados perinatales son similares a los de las mujeres adultas. Aunque se debe tener en cuenta que los embarazos previos, intervalos intergenésicos cortos y cesáreas previas condicionan igual que a cualquier edad, una mayor morbilidad.
La muerte de hijos de madres adolescentes están relacionadas, más que con lo biológico, a causas psicosociales, culturales, de género: pobreza, nutrición deficiente, bajo nivel educativo, carencia de contención afectiva durante el embarazo, falta de controles médicos.
Estos niños tienen además, un mayor riesgo de sufrir abuso físico, negligencia en sus cuidados, desnutrición, retardo del desarrollo físico y emocional; y muy pocos acceden a beneficios sociales por su condición de "extramatrimoniales" o porque sus padres no tienen trabajo.

Para la familia:
Ésta toma distintas actitudes que pueden ir desde un franco apoyo, brindando contención y ayuda en la crianza del niño, hasta un completo rechazo puesto de manifiesto a través de la expulsión del seno familiar. Otras veces por encontrarse lejos o porque la embarazada no se lo quiere comunicar, ignora el estado de embarazo.

Algunos datos estadísticos en Salud Sexual y Procreación Responsable aportados por el Ministerio de Salud de la Nación dan cuenta de la trascendencia del embarazo adolescente:

• Edad promedio de inicio de relaciones sexuales: 15 años y 6 meses (Mendez Ribas y col.; Cedes, 2003 y 2005).
Todos los trabajos referidos al tema coinciden que en las últimas dos décadas se adelantó notablemente la edad de iniciación sexual de los adolescentes.
• Edad promedio del primer embarazo en adolescentes: 16,5 años (promedio extraído entre las adolescentes que llegan al parto a término). (Fuente: CEDES, 2004)
• El 70% de los/las adolescentes antes de su primera relación sexual habían consumido alcohol y/o otras drogas.
• Entre un 60 a 70% de los/las adolescentes refieren haber utilizado métodos anticonceptivos en el inicio de las relaciones sexuales.
• Cerca del 95% de las adolescentes embarazadas declaran tener la intención de utilizar métodos anticonceptivos en el futuro. Solamente al 32% de las adolescentes en el post parto inmediato se las instruyó sobre la utilización de anticoncepción en el futuro. (Fuente: CEDES, 2004).
• Repitencia de partos en adolescentes (adolescentes que reiteran un embarazo antes de cumplir los 20 años): 24,3% (año 2004); 22,05% (año 2005). Fuente: Ministerio de Salud de la Nación
Mayor aun es el porcentaje obtenido en el servicio de Adolescencia del Hospital Argerich: sobre una población de 200 adolescentes embarazadas consultantes, el 33.5% ya habían tenido uno o más embarazos, de las cuales aproximadamente la mitad habían terminado en un aborto espontáneo o provocado (Calandra-Vazquez. 1996).

Nuestra experiencia
Desde el Consultorio de Adolescencia del H.I.A.E.P. Sup. Sor María Ludovica, se trabaja con madres y padres adolescentes cuyos hijos se encuentran internados en el Hospital (salas de neonatología y de lactantes) y con los que concurren para asistencia de sus hijos a los Consultorios Externos de Clínica Médica. Por ser nuestro ámbito un hospital pediátrico, no se realizan controles prenatales.

Respecto a los padres adolescentes nos resulta más dificultoso su abordaje ya que habitualmente concurren sólo en el horario de visitas, no permanecen al cuidado del bebe, raramente acompañan a la madre a la consulta externa y, en caso de hacerlo, son mas reacios a la entrevista.

El abordaje se realiza en forma:
- Individual: entrevistas personalizadas.
- Grupal: talleres en pasillos de sala de internación (por no contar con un espacio físico adecuado).

Los objetivos propuestos para esta temática se resumen en:
- Abordar interdisciplinariamente a la madre-padre adolescente (en el Consultorio y/o en Salas del Hospital), tendiendo en cuenta que, a la crisis vital de la adolescencia, se le suma la crisis de la maternidad.
- Rescatar la figura masculina que también necesita asesoramiento, continencia y orientación.
- Estimular una relación saludable madre–hijo; el acercamiento del padre o la crianza conjunta madre-padre adolescente.
- Brindar un espacio para que puedan expresar sus sentimientos, temores, dudas en cuanto a su salud y la del niño, en forma confidencial.
- Efectuar acciones de educación para la salud (puerperio, lactancia, etc.) y de educación sexual y reproductiva para evitar futuros embarazos no deseados.
- Estimular el no abandono de los estudios.
- Promover un proyecto de vida aparte de la maternidad, o la continuidad del mismo si ya lo tenía.

• En el periodo Marzo 2009 – Diciembre 2010 abordamos a 267 madres.
• La edad osciló entre 13 y 19 años, siendo el grupo etáreo más numeroso el correspondiente a los 18 años.
• El 30.71% (n = 82) de estas adolescentes tienen gestas anteriores.
• Un 58.43% (n = 156) abandonó los estudios; el 41.57% (n = 111) continuó su preparación académica, coincidiendo este grupo con las que convivían con sus padres.
• El 54,3% convive con la pareja.
• La edad de la pareja de la madre adolescente está entre los 15 y 50 años, correspondiendo el 40.07% a edad de 15 a 19 años y el 59.93% a mayores de 20 años.
• Lugar de procedencia: La Plata y alrededores: 55.06% (n=147); Conurbano bonaerense: 21.35% (n=57); Interior pcia. de Bs. As.: 22.47% (n=60); Otras provincias: 1.12% (n=3).

Conclusión
El embarazo en la adolescencia no sólo representa un problema de salud, también tiene repercusión en el área social y económica, dado que implica menores oportunidades educativas o el abandono total de los estudios, esto incide en el incremento de la exclusión y de las desigualdades de género, coadyuvando en el fortalecimiento del círculo de la pobreza.
Por lo trascendente debe ser abordado por toda la sociedad. Prevenir es la clave.

Un adecuado nivel de comunicación y confianza con los padres; una buena educación sexual a nivel escolar y la existencia de servicios de salud acorde a este grupo poblacional, disminuyen los factores de riesgo y generan comportamientos sexuales responsables en nuestros jóvenes.
El embarazo ideal, sea adolescente o no, es sin lugar a dudas el que se origina en una decisión libre y responsable de ambos progenitores en el marco del respeto y del amor.

Comité de Adolescencia – SAP (Filial La Plata)