miércoles, 31 de octubre de 2012

Enf Celíaca. Actualidad. Por Eduardo Cueto Rúa

UN CELIACO NO DEBE SER UN CARGA PARA NADIE. EL ESTADO DEBE PRIMERO ABARATAR LOS PRODUCTOS SINTACC Y LUEGO CAMBIAR LA LETRA DE LA LEY.

Sé que voy a tratar un tema muy delicado y muy sensible para el celíaco y se que habrá personas que me criticaran por haberlo hecho.
Cuando Hipócrates dijo “que tu alimento sea tu medicina”, pensaba en una dieta completa y sana.
El alimento es vital para todos los seres vivos de la tierra. Sin nutrientes no hay vida.  Con la frase “el alimento como medicina” se refiere a evitar grasas, azucares y almidones que conducen a la obesidad y a la diabetes. Estos alimentos generan  inevitablemente una vida de padecimientos y una muerte con sufrimientos.

Sé también que hay niños cuyas madres no pueden darle leche humana y no toleran ninguna leche de vaca, ni parcialmente digerida. Deben tomar hidrolizados muy caros sin los cuales NO VIVIRIAN. Este gasto lo afrontan ineludiblemente las Obras Sociales, el Ministerio de Salud o las familias.

La mayoría de las personas se enferma dentro de los primeros 5 años con cierta frecuencia, mucho menos entre los 5 y los 10 y casi nada entre los 10 y los 45 años. Luego paulatinamente comienza un gasto creciente por enfermedades, que termina consumiendo el mayor porcentaje del presupuesto de salud en los últimos años de vida.

En la ley Nacional que tanto celebramos, en su Articulo 9º que contiene mucha sabiduría hay “seis  palabras” que convierten a una persona sana en un enfermo crónico. Dice el artículo “Las obras sociales enmarcadas en las Leyes 23.660 y 23.661, la obra social del Poder Judicial de la Naciónla Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la Nación, las entidades de medicina prepaga y las entidades que brinden atención al personal de las universidades, así como también todos aquellos agentes que brinden servicios médicos asistenciales a sus afiliados independientemente de la figura jurídica que posean, deben brindar cobertura asistencial a las personas con celiaquía, que comprende la detección, el diagnóstico, el seguimiento y el tratamiento de la misma, incluyendo las harinas y premezclas libre de gluten, cuya cobertura determinará la autoridad de aplicación.

Con estas palabras “incluyendo las harinas y premezclas libre de gluten”, convirtieron un sano en un enfermo de atención o asistencia crónica.

De ninguna manera las harinas son una necesidad y mucho menos un remedio. Hemos dicho que el celiaco que hace la dieta es SANO de SALUD ABSOLUTA. Si se otorga al celíaco entre los  5 y 45 años 215 pesos por mes, al cabo de 40 años, ha recibido $103.200, justo a los 45, cuando comienza  a enfermar.

¿Por qué digo que el Estado tiene deberes? Como médico entiendo que todas las instituciones que trabajan para la salud deben prevenir la enfermedad y asistirla una vez diagnosticada. Es por eso que reclamamos las Obras Sociales y Prepagas estudien  gratuitamente a todos los parientes en 1er grado (hermanos-padres-hijos) y 2do grado (primos-tíos-abuelos) del celíaco diagnosticado. También para que hagan de rutina el estudio en todas la enfermedades asociadas y autoinmunes, y por supuesto para que estudien rápida y gratuitamente a los que tienen  alguno de los “criterios” o signos y síntomas clásico de la celiaquia. Procuro que la gente que “padece” la celiaquia oculta o no, se estudie rápidamente para que se integre al grupo de los SANOS. Todo esto que pido es un gasto muy importante... y se que están analizando su instrumentación.

La Industria Celíaca Argentina (ICA) nació hace más de 25 años con personas que decidieron fabricar alimentos para una minoría. Gracias al Ingeniero Nicolás Apro, del INTI de 9 de Julio, en 1985 se desarrollaron las primeras panificables del mundo. Otras empresas como Santa María de la Ciudad de La Plata y Kapac del Oeste del Gran Buenos Aires, hicieron lo propio. Todo lo han hecho con un gran esfuerzo personal. Hoy son un ejemplo y producen harinas panificables y productos de calidad internacional con menos de 10ppm (partes por millón) de gluten porque el estado argentino estableció ese corte, primero y único en el mundo, que nos hace de excelencia.

¿Por qué digo que el Estado tiene deberes?  Ha llegado el momento de brindarle a esta industria un apoyo. Hay que ayudarlos a crecer para que la gente diga “Si eres celíaco, come seguro, come argentino” y no comprarle al mundo sino venderle a él. Mientras tanto estoy pidiendo por todos los medios a mi alcance una entrevista con el Ministro de la Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Bs. As. Dr. Cristian BREITENSTEIN y con la Ministra de Industria de la Nación, Débora GIORGI para que estudien e instrumenten una política de desarrollo o una eximición impositiva a la ICA para ABARATAR sensiblemente los costos y poder tener a lo largo y ancho del país alimentos ricos seguros diversos y BARATOS… con sólo una milésima parte de las retenciones al trigo (que come la mayoría) se  evitaría que  este costo sólo lo pague el celiaco (que es una minoría) y mucho menos el Sistema de Salud. Este último tiene otros deberes ineludibles.

El estado debe primero abaratar las harinas específicas  y luego cambiar la letra de la ley. Invertir el orden seria una inexplicable injusticia.

Eduardo A. Cueto Rúa
Director del Postgrado Universitario de Gastroenterología Hepatología y Nutrición Pediátrica de la Facultad de Medicina de la UNLP.